LA LACTANCIA MATERNA,
A PESAR DE SER UN ACTO NATURAL E INSTINTIVO, ESTÁ RODEADA DE MITOS Y FALSOS
CONSEJOS.
Lejos de ayudar, estos malentendidos provocan dudas que entorpecen la alimentación natural del bebé. En este artículo se exponen ocho mentiras frecuentes sobre la lactancia y se explica por qué son erróneas. Entre ellas se aborda desde el mito de que algunas bebidas aumentan la producción de leche o de la presunta menor capacidad de amamantar de las mujeres con pechos pequeños, hasta el error de pensar que la lactancia dificulta un próximo embarazo.
Tomar más leche de la habitual,
consumir algunos alimentos, como almendras, sardinas, avellanas y arenques, o
elevar la ingesta de líquidos. Estas son algunas de las erróneas sugerencias
caseras paraincrementar la producción de leche materna que reciben muchas
madres durante el periodo de lactancia. Sin embargo, ninguna de ellas cuenta
con fundamento o apoyo científico, tal como reconoce el Comité de Lactancia de
la Asociación Española de Pediatría (AEP).
En cuanto al consumo de cerveza,
otra de las típicas recomendaciones, la AEP especifica que si bien esta bebida
estimula la producción de prolactina (hormona responsable de la subida de la
leche), "sería un error que la madre la consumiera para tener más leche".
Los alimentos milagrosos para
incrementar la leche materna no existen
La medida más eficaz para
incrementar la producción de leche no es consumir alimentos o bebidas
específicas, sino mantener la lactancia a demanda. "Tampoco hay que
saltarse tomas y sí poner al bebé al pecho muchas veces", señala Pilar
Martínez, asesora de lactancia del grupo Alba.
2. Con la lactancia es imposible
quedarse embarazada: falso
La elevada producción de la
hormona prolactina durante la lactancia es la principal causa de la supresión
de la ovulación y, por tanto, de la menstruación. Sin embargo, esta ausencia no
garantiza que la mujer no pueda quedarse en estado mientras amamanta a su hijo.
El Ministerio de Sanidad advierte
de que utilizar la lactancia como método anticonceptivo es poco recomendable,
por su baja o nula eficacia.
El organismo especifica que solo
es efectivo si se cumplen tres condiciones: que se emplee durante los seis
primeros meses posteriores al parto, que haya ausencia de menstruación y que se
alimente al bebé solo con el pecho. Aun así, la posibilidad de embarazo es del
2%.
Después de los seis meses, cuando
comienza la alimentación complementaria del niño, los especialistas inciden en
que las probabilidades de embarazo se elevan de forma significativa.
3. Se debe abandonar el pecho si
te quedas de nuevo embarazada: falso
Alimentar a un hijo con leche
materna y estar embarazada a la vez son dos hechos compatibles, aunque en
ocasiones, las madres determinen abandonar la lactancia con una nueva
gestación. Sin embargo, no hay ninguna causa médica que justifique este acto:
un embarazo normal no obliga al destete inmediato.
La única recomendación para
abandonar el pecho es en el caso de amenaza de parto prematuro, ya que la
succión podría provocar contracciones.
Una vez nacido el nuevo bebé,
también es posible mantener la lactancia simultánea, puesto que no afecta al
valor nutricional de la leche que recibe el recién nacido.
4. Las mujeres con poco pecho
producen menos leche: falso
Tener mucho o poco pecho no afecta
de ningún modo a la producción de leche durante la lactancia materna. Es decir,
la creencia popular de que los hijos de las madres con senos más voluminosos se
alimentan mejor es falsa.
Un pecho más grande significa que
tiene mayor cantidad de tejido graso, pero esto no afecta al tamaño de las
glándulas mamarias, responsables de la producción de leche.
Tener mucho o poco pecho no
afecta a la producción de leche
La cantidad de leche no está
determinada por el volumen del pecho. Los especialistas señalan que depende de
la eficacia en la succión del bebé y de adoptar las técnicas correctas para
amamantar al niño.
5. Dar el pecho engorda: falso
Aunque durante las primeras
semanas de lactancia puede parecer que la madre se hincha, esto es tan solo una
percepción. Dar el pecho no solo no engorda, sino que es uno de los mejores
métodos para adelgazar después de dar a luz.
Esta pérdida de peso será más
efectiva cuanto más tiempo se prolongue la lactancia, como señalan diferentes
investigaciones, que concluyen que la mayor pérdida de peso se experimenta
entre los cuatro y los seis meses de lactancia.
6. Algunas mujeres tienen muy
poca leche: falso
El argumento que esgrimen algunas
madres para decidir suspender la lactancia materna es que tienen poca leche o
que su bebé no se alimenta lo suficiente con la lactancia exclusiva. Sin
embargo, esta apreciación por lo general es falsa, puesto que la hipogalactia
(la falta de producción de leche materna) es una enfermedad muy poco frecuente
que, como señalan los investigadores, solo se produce en uno de cada mil casos.
Algunas madres pueden presentar
problemas en la producción de leche. Pero estos casos están provocados por
técnicas incorrectas al amamantar, como no mantener la lactancia a demanda,
suplementar las tomas con biberones o adoptar posturas erróneas durante la
succión.
La inseguridad de las primerizas,
el estrés y la fatiga psicológica también pueden provocar esta falsa sensación.
En estos casos, es recomendable buscar asesoramiento en un grupo de apoyo a la
lactancia.
7. Hay que preparar el pecho para
la lactancia: falso
La lactancia comienza desde el
primer momento en el que el recién nacido agarra el pecho de su madre. Es un
acto natural que se inicia una vez que el bebé ha venido al mundo y, por tanto,
no requiere de ninguna preparaciónprevia del pecho durante la gestación.
Con frecuencia, las madres
reciben consejos erróneos que les instan a aplicar cremas o pomadas en sus
senos durante el embarazo para prevenir posibles grietas (heridas) en los
pezones. Esta medida no es eficaz, puesto que las grietas son, en general,
consecuencia de una mala postura al amamantar. Pero, además, puede ser
contraproducente, ya que las cremas con vitaminas, vaselinas y grasas pueden
reblandecer la piel si se usan en exceso.
8. La leche de algunas madres es
de poca calidad: falso
"Tengo la leche aguada"
o "Mi leche no es lo suficientemente buena". Algunas madres aluden
como argumento para abandonar la lactancia a la supuesta "baja
calidad" de la leche que producen. Estos comentarios es habitual que estén
motivados por el aspecto acuoso que presenta la leche materna (sobre todo la
que se extrae al principio de la toma) en comparación con la leche de vaca (más
espesa y opaca).
Sin embargo, las diferencias
entre la leche de diferentes mujeres son escasas y la calidad de la leche es,
por lo general, siempre buena.
En el caso de una alimentación
deficiente por parte de la madre que afecte a la calidad de la leche, el propio
bebé compensa la diferencia y extrae mayor cantidad en las tomas.
¡Te felicito por la decisión! Haciendo un click aquí puedes lograr mejorar considerablemente tu salud y economía.
Publicar un comentario en la entrada